sábado, 8 de noviembre de 2014

Va de tacones

¿Cuántas veces nos hemos reído al ver las armaduras con las que caracterizan a las mujeres guerreras en la fantasía? Desde el bikini de cota de mallas pasando por el peto push-up, la cosa ha dado para chistes, parodias y el famoso Female armor bingo:

Pero si nos movemos a un género supuestamente más realista nos encontramos ante otra incongruencia: las heroínas de acción con tacones. Me causa estupor ver a la detective Beckett de Castle o a Lisbon de El mentalista corretear pistola en mano con unos tacones considerables. Que sí, que serán bonitos, pero un poco de coherencia, po favó. Con tacones no se puede hacer una mierda... me refiero en cuanto a ejercer fuerza, golpear o correr.

Esto es así porque para aplicar fuerza se necesita tener una mínima estructura corporal que, para el caso de la mitad superior del cuerpo, involucra manos, brazos, espalda, cadera, piernas y pies. Huelga decir que, para la parte inferior, la estabilidad es aún más crucial. Pegar una patada sin un buen apoyo en el otro pie puede acabar en "ostia terrible".

Se podría decir que, más que con la extremidad, se golpea con toda la cadena muscular que de estar correctamente alineada hace que nuestra fuerza no se pierda por el camino. Cuanto más desalineada esté, menos efectivo será el movimiento. Son importantísimos los músculos que controlan el equilibrio. En caso de no tener un buen punto de apoyo en el suelo el desequilibrio hace que la fuerza que estamos intentando aplicar se vuelva contra nosotras.

Demostración:


Lo mismo aplica para dar un puñetazo, la postura es básica y empieza por abajo. Hay que mantener el equilibrio ya sea sobre ambos pies o sobre uno solo. Hay deportes y disciplinas físicas que enseñan diferentes formas de golpear, pero aún las que prestan menos atención a estos detalles estoy convencida de que no aconsejan pegar si no se puede mantener el equilibrio. Haz la prueba, intenta golpear estando de puntillas o sobre tacones y verás que el cuerpo tiende a girar en dirección contraria a la del puñetazo, anulando gran parte de la fuerza del golpe. También se puede comprobar empujando la pared de puntillas.

Cualquiera que haya ido sobre unos tacones por la vida sabe que la velocidad a la que se puede correr baja a la mitad, a riesgo de romperte un tobillo si fuerzas. La forma de correr consiste en pasos cortos y rápidos. La posición del torso y la cabeza ya dependerá de lo bregada que esté la usuaria en estos lances. El problema es que el cuerpo pierde el tiempo en mantener el equilibrio en lugar de en avanzar.

La siguiente foto, que se hizo viral hace cosa de un año, muestra a unas mujeres soldados del ejército de Corea del Norte llevando tacones. No puedo calificarla de otra forma más que de altamente surrealista:



Hay que fijarse, eso sí, en que llevan plataformas. Para los no duchos en la materia, las plataformas hacen que la postura del pie no sea tan inclinada, como se dice popularmente "todo lo que tiene la plataforma se lo quitas al tacón". No es del todo así, puesto que andar sobre un par de tacos de madera tampoco debe de ser muy sencillo, pero ayuda mucho a la estabilidad.

Los tacones finos dificultan el equilibrio y tienden a quedarse atrapados en pequeños agujeros de respiraderos, separaciones en pasarelas de madera, etc. Y los altos hacen que el pie tenga una inclinación que reduce el movimiento que se hace para poder correr con normalidad. Por lógica, el mejor tipo de tacón para la actividad física es el más ancho y con altura moderada. Es preferible el zapato cerrado que el abierto, ya que no se corre el riesgo de que se escape volando en plena carrera para atrapar al malo... o para coger el metro. Pero es aún mejor no llevar tacones.

Todas estas maravillosas actividades físicas con tacones pueden mejorarse con entrenamiento, claro. Por ejemplo, en esta web se promociona el heel hop: hacer ejercicio físico con tacones:
http://heelhop.com/
No puedo dejar de sorprenderme con la variedad humana. Cada loca con su tema, pero me suena a rampa asegurada.

En fin, escritores, guionistas y dibujantes de fantasía: no me pongan a las polis con tacones, por favor se lo pido.

lunes, 6 de octubre de 2014

Reflexiones para-normales (III): Cinco consejos para no escribir en quince años

Cuando tenía unos once años empecé a escribir historias cortas y algún que otro poema. No tenían pies ni cabeza, pero supe que quería dedicarme a escribir algún día y afirmaba que de mayor quería ser periodista. Con las diferentes crisis que fueron golpeando nuestras tierras, mi camino formativo y laboral me alejó bastante de ese deseo infantil.

En realidad empecé a intentar escribir "en serio" hace unos quince años. Quince. Joder, cómo pasa el tiempo. Y en todo este tiempo nunca he escrito y mucho menos en serio. Hace muy poco que he conseguido terminar mis primeros relatos, al menos los que no me da vergüenza enseñar. Mirando hacia atrás a veces me he preguntado cuál ha sido la razón. Los libros han sido una parte muy importante de mi vida y muchas veces me resulta más fácil escribir que hablar. ¿Por qué ese bloqueo tan bestia? Creo que he condensado las principales razones en estos cinco malos consejos que me han dado a lo largo de los años:

1. "¿Eso para qué sirve?" Las primeras palabras desalentadores que recibí, en aquellos años mozos cuando estudiaba EGB. Querían ser un consejo en plan "dedícate a algo productivo con lo que se gane dinero". Damas y caballeros, no descubro nada nuevo al afirmar que escribir, tocar la guitarra, dibujar, pintar o cualquier otro arte sirve. Y no solo si tienes éxito. Principalmente sirve para una misma, para expresarse, para dar un sentido de realización a la vida, para sacar tus locuras y paranoias y mirarlas en el microscopio o darle a la manivela de la imaginación. Si además tienes la suerte de que llegas a la gente, también sirve para comunicar, para transmitir ideas y emociones a otros humanos, para hacerles imaginar o que sean una micra más felices. Que sí, que hay que trabajar para vivir, pero usar tu tiempo libre en crear es una de las mejores cosas que se puede hacer y además es de utilidad.

2. Las críticas negativas. Procedentes de familiares, amigos o gente que solo conoces de un foro en el culo de internet, las críticas negativas fueron uno de los mayores obstáculos a salvar. Será que soy demasiado "sensible", pero solían hundirme en la miseria comentarios como "esto es muy aburrido" o "tus diálogos son una mierda". Ya sean ciertos o no, es difícil ponerlos en su justo contexto. Supongo que cada cual tiene sus técnicas, la que uso ahora es: primero, sofocar el incendio emocional, después, seleccionar lo que me va a servir para mejorar y crecer y, para finalizar, desechar el resto. Total, la vida es muy corta para no hacer lo que te gusta hacer porque alguien decida que no eres suficientemente bueno.

3. "Escribir es un trabajo duro" Una de las frases que solemos tener grabadas a fuego en nuestro inconsciente colectivo. El trabajo duro es casi una adicción, un mantra que nos repetimos. El "ganarás el pan con el sudor de tu frente" nos ha hecho muchísimo daño, haciéndonos creer que el trabajo tiene que ser negativo, aburrido, extenuante. Y, lo que es peor, que solo lo que se gana por esos medios agotadores merece la pena. Esto, al menos para mi, no funciona. La creación tiene que ser como el sexo, puro placer, nada que ver con el trabajo duro más que como una metáfora regulera.

4. "Para ser bueno tienes que tener un don" Otro de los mantras que me dan sarpullido. O sea, que si no creas una obra maestra cada vez que vas a cagar, mejor que no lo intentes. Eso es dar ánimos, sí señor. En fin, tener un don seguro que ayuda, pero si no lo desarrollas no sirve de mucho. Y lo de ser "bueno" tiene muchos matices. Quisiera resaltar los que los desligan del éxito, ya sea o no éxito comercial. Hay autores, pintores y artistas de mil pelajes que hoy en día se consideran grandes genios pero que murieron en la pobreza porque no podían ganarse la vida con su arte. Y dudo que algunos de los artistas que hoy andan por las nubes bebiendo ambrosía pasen la prueba del tiempo. Lo que hoy se considera bueno puede no ser mañana del gusto del público, ni siquiera de los más hipsters (escribo esto mientras veo "Cachitos de hierro y cromo", ese gran programa que me reafirma en lo que estoy diciendo).

5. "Los artistas de verdad están mal de la cabeza" Más basura incrustada en nuestra cultura popular. Los genios locos están bien para las películas, hacen gracia con sus despistes, sus rarezas y excentricidades, pero un artista, ya sea de verdad o de mentira, necesita estar sano mentalmente. Quizás el arte le sirva como motor de vida, para equilibrarse y sacar sus demonios y neuras... precisamente para no estar loco. Palabra de una que lo ha vivido.

miércoles, 20 de agosto de 2014

Hola mundo

Cuatro años después vuelvo a la carga. Hello world... again.

En este tiempo han pasado muchas cosas, algunas buenas y otras no tanto, pero entre lo mejor y más nuevo, decir que mi relato "Hilo de araña" ha resultado ganador del I Certamen de relatos Fuenlabrada Fantástica Steampunk, ex aequo junto con "El caso del encuadernador desmemoriado", de Beatriz García Sánchez.

En dos palabras, "la leche". Los autores participantes tienen un nivel y derrochan imaginación. Aún estoy que no me lo creo, vamos.

"Hilo de araña" presenta a la señorita Is, nigromante, y al señor Sala, Agente del Orden, en su primera misión juntos. Se ha descubierto un espía en el Consejo de Estado e Is y Sala deben trasladarse a Fuenlabrada para desenterrar a un muerto y averiguar quién está detras de una conspiración.

El libro saldrá publicado en septiembre. ¡Espero que lo disfrute mucha gente!